Muchas disculpas que a primera vista parecen ser una solicitud de perdón en realidad son lo que se llama no-disculpas.
Se dice a menudo: "Lo siento".
Así que me disculpo a mí mismo. Me libero de la culpa sin preguntarle a mi interlocutor: ¿Aceptas mi disculpa? La autoridad para interpretar la situación permanece conmigo.

Una disculpa siempre es apropiada si uno habría podido abstenerse de un comportamiento hiriente. Esto debería lograr una reparación a través de la apreciación. Disculparse adecuadamente es una expresión de madurez emocional y espiritual.
Incluso las personas más empáticas piden perdón cuando no pueden evitarlo. ¡Por compasión!

Cada uno de nosotros ha recibido o hecho no-disculpas.
Sin embargo, aquellos que no son capaces de disculparse en absoluto se están comportando tóxicamente.
En una relación, esto no significa otra cosa que una persona soporta todas las cargas y la otra tiene toda la libertad.

Ejemplos de no-disculpas de personas tóxicas:

"Ya dije que lo siento."
(El tema está cerrado para ti. ¡Bien! ¿Y qué hay de mí?)

"¡Lo siento por todo lo que he hecho o alguna vez haré!"
(¿Se supone que este es un pase libre para actuar como un idiota?)

"Lo siento si te herí."
(¿De verdad? ¿Si? - ¡Solo te estoy informando QUE me heriste!)

"Lo siento que te sientas así."
(No se trata de mis sentimientos, para los cuales, por cierto, no necesito compasión, sino de tu comportamiento.)

Mereces ser tratado con respeto. Rodéate de personas que sean buenas para ti.
Aquellos que no muestran responsabilidad por sus acciones siempre continuarán comportándose así.

No me resulta difícil perdonar. Aquellos que se comportan tóxicamente tienen una severa desventaja. Es importante aceptar que no eres la causa de su comportamiento. Que no son buenos para ti y que no tienen lugar en tu vida si quieres ser feliz.