Vincent pasó un año y medio en una maleta estrecha. Si tu hijo es un peluche, puedes hacer eso. Para mí, mirarlo era doloroso porque Vincent era un regalo de una mujer a la que quería mucho. La magia de nuestro vínculo le dio vida. Se convirtió en un verdadero perezoso bebé. Tengo muchos buenos recuerdos de Vincent. Custodiaba la cesta de frutas y confundía los kiwis con sus huevos. Sacaba su cabeza redonda de mi mochila en excursiones. Se sentaba con nosotros viendo la televisión y siempre tenía un comentario más o menos ingenioso listo. Dormía en la cama con nosotros y perdía rápidamente el relleno por tanto abrazo. Vincent van Sloth, un verdadero perezoso con personalidad. Echo de menos la pasión en mi vida, de alguna manera toda la magia se ha ido. Siempre tuve esta vibra, la confianza en el universo, podía sentir la belleza del mundo en mi cuerpo y mente. Y siempre quise transmitir este sentimiento a los demás, o al menos compartir algo de él. Estoy acostumbrado a estar solo. Eso no es todo. Me siento agotado por las experiencias de los últimos dos años. Toda esta loca burocracia alemana en el camino hacia mi objetivo profesional. Hace medio año dejé temporalmente mis actividades en Instagram porque necesitaba mi energía. Ahora me siento mejor porque pude superar una etapa importante. Pero hay mucho trabajo por hacer en los próximos meses. La magia volverá por sí sola algún día, y tal vez mis publicaciones también obtengan algo de eso. Saqué a Vincent nuevamente porque mis rencores han desaparecido y el sufrimiento se ha disuelto en recuerdos reconfortantes. Y ahora quiero que vuelva conmigo, mi pequeño Vincent.