Los últimos días de mayo estuvieron marcados por una mezcla de sol y chubascos. Perlas brillantes bailan sobre las hojas de la lupina de jardín (Lupinus polyphyllus). Un hermoso espectáculo que inspira admiración y reflexión. La planta no solo deja que las gotas se deslicen, sino que también las recoge. Toda la luz y el agua se unen y forman un gran todo. Estas perlas radiantes limpian la superficie de la hoja y luego se transmiten a las raíces. Es originaria de los prados montañosos oceánicos de América del Norte, donde el clima es muy variable, incluyendo niebla y períodos secos, por lo que esta adaptación podría ser una ventaja. Sin embargo, sus habilidades (que van mucho más allá de esto) son tan buenas que ahora es una especie invasora no solo en otras regiones de América del Norte, sino en todo el mundo. En Alemania, la planta se utiliza a menudo para el reverdecimiento, como aquí en un cruce de carreteras. Sin embargo, tiende a volverse silvestre y ya está catalogada como una especie invasora. Vivimos en un mundo que cambia constantemente. Solo puedo admirar y reverenciar la naturaleza, pero también me siento muy humilde ante su desarrollo impredecible. La vida es un constante ir y venir. Sin embargo, soy optimista de que encontraremos nuestro centro y regresaremos juntos a nuestras raíces: la Tierra.