El faisán y el pato. Uno de mis garabatos de 2012.
Realmente no lo pensé, pero dejé que mi estado de ánimo se volviera loco. Los garabatos surgieron sin minuciosidad. Me gusta hacer eso para crear insultos absurdos.
Tengo muchos garabatos así, unos pocos miles. Viven una existencia miserable, nadie los mira. Eres el primero en verlos.