🌊🌾 Un simple montón de arena no es nada duradero. Sin memoria – solo el viento, la lluvia y las mareas lo llevan adelante. Para que algo permanezca, necesita vida que lo agarre, lo sostenga, lo reúna – como la hierba de marram que forma las primeras dunas embrionarias. El nacimiento de nueva vida, cuando el horizonte se eleva y finalmente se corona con dunas blancas. Desde allí se puede ver a lo lejos cómo la vida y la muerte hacen que la tierra fértil prospere. Las dunas se vuelven grises, luego marrones, y la diversidad de la vida marca cada una de estas colinas que, sin un impulso inicial, nunca habrían sido más que un mineral fugaz en el viento.

🌲🌳 Entre arbustos, pinos y bosques de abedul de turbera, uno olvida rápidamente que todo este suelo fue arrastrado por el mar y llevado hasta aquí por el viento. Se contempla interminables marismas, cañas y el Mar de Wadden, cuyos canales de marea serpentean profundamente en la tierra recién formada. Y en el horizonte, al otro lado más allá de las dunas, se ve una colina solitaria – una warft – donde los humanos hicieron este mundo suyo, encontraron refugio y alimentaron a su ganado en los prados salados.

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